¡Área libre de Gritos!
Pareciera que en casa no hay un momento de paz cuando de los niños se trata y no lo digo por ellos lo digo por nosotros sus madres y padres o tutores que estamos a cada momento con un grito que a lo mejor si produce un efecto inmediato, pero a la larga el comportamiento del pequeño, irá en declive por los efectos secundarios que estos acarrean.
Si bien es cierto que los gritos son acto recriminatorio por
cualquier conducta que creamos que no es debida en el pequeño no podemos
olvidarnos de algo mas importante como lo es la confianza que esos niños como
nuestros hijos tienen en nosotros.
Pongamos un sencillo ejemplo para que este bien claro la analogía
de la confianza, si tu pareja te engaña y tu decides perdonar, ¿Cómo queda esa
confianza? ¡Destruida cierto! Bueno así queda la confianza de los niños cuando
les gritas, te estarás diciendo, pero que exagerada esa comparación pero es que
es cierto.
Cabe destacar que los niños son poco rencorosos y se les
olvidan rápido las cosas, además perdonan así recuerden el evento sin
reprocharle como un adulto lo haría, pero eso no te exime de la mella que se va
haciendo en la confianza por los constantes gritos que le propiciamos diariamente
a ese pequeño que ni si quiera es consciente del ¿Por qué? lo hacemos.
1. Los niños pueden
volverse mentirosos e inseguros, ya que buscaran como defenderse de tus
gritos mientras que la mentira y la inseguridad suelen ser las técnicas más fáciles
para evitar esas reprimendas que si bien es cierto no son maltratos físicos si
lo son psicológicos que a mi parecer son mucho más graves a la larga. Ya que
pueden acarrear otros tipos de conductas en el futuro.
2. Reproducen las mismas
conductas con los compañeros de juego con otras personas mayores e incluso
en su mundo de juegos e imaginación podemos observar esos patrones de querer
poner orden de la misma manera en que nosotros intentamos hacer con ellos.
3. La atención en el
aula de clases puede verse afectada por esta causa ya que vuelve a los
niños más retraídos y con ganas de eliminar el estrés causado por los gritos,
creando así banco fácil para la distracción por cualquier cosa que lo rodee
afectando directamente su rendimiento escolar.
4. Tiende a comportarse más
agresivo, inclusive hasta causar peleas entre sus compañeros, ya que el
modo de comunicación por excelencia son los gritos este puede verse tentado a
utilizarlo en momentos en que no sea el centro de atracción para los demás niños.
5. Puede desarrollar múltiples
enfermedades físicas ya que el ambiente lleno de gritos, les vuelve más
vulnerables las defensas del cuerpo por lo que prácticamente quedara expuesta a
cualquier cambio significativo en el ambiente propiciando el desarrollo de
enfermedades.
6. Disminuye la
autoestima del pequeño, pudiendo sentirse más triste de lo normal o sencillamente
más sensibles por la continua dosis de gritos que podamos impartirles a diario.
En pocas palabras cada vez que le gritamos a nuestro pequeño
inconscientemente estamos dejando una mala semilla que por nuestro mal manejo
de las situaciones, dejaran secuelas que son difíciles de quitar cuando esta más
grande, poniéndolo en riesgo incluso para el mismo.
QUE EXCELENTE! A LOS NIÑOS HAY QUE DARLES AMOR, ELLOS COPIAN Y REPITEN LO QUE LES DEN LOS ADULTOS QUE TIENEN A SU ALREDEDOR!
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